Entre los muros de Crickley Hall, una historia más de tristeza que de miedo.
La familia Caleigh se muda temporalmente a esta mansión de aparencia austera, destartalada y sombría, y la madre, Eve, junto con sus hijas Loren y Cally, empiezan a ser testigos de presencias, ruidos y visiones paranormales. Chester, el perro familiar, no soporta estar dentro de la casa y huye en cuanto tiene ocasión,
Un trágico suceso de 1943, hace que la casa no descanse y quienes la habitan, lo sufran.
Todo el libro se basa en ir descubriendo por testimonios de gente del pueblo y protagonistas, el qué sucedió y cómo resolverlo.
A pesar de que todo el tema fantasmas y pisadas puede dar miedo o hacerte pensar dos veces leerlo, una vez que se sabe la historia, y la puedes intuir bastante pronto... Se vuelve un libro triste, que te deja con sensación de pena.
Me ha gustado bastante, a pesar de todo.
Me recuerda mucho a Los Otros, pero en prosa.
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